El comportamiento saludable, con base
en Flórez Alarcón (2007), depende de 4 factores muy importantes para que todas
las personas desarrollen salud física, mental y social. Entonces, los
determinantes son el estilo de vida, herencia (genética), ambiente y servicios
de salud. El primero, por el hecho de que, se ha demostrado que diversos
factores, por ejemplo el sedentarismo, son riesgos para que se desarrollen
enfermedades no transmisibles.
Ahora bien, la historia familiar o
genética es otro factor clave, debido a que la herencia siempre influye en el
desarrollo de enfermedades, ya sea que se nazcan con ellas o la persona las
acarreé más adelante, como también en los riesgos que puedan ocurrir a futuro.
Además, no es lo mismo crecer en un ambiente rico en alimentos, nutrientes y
minerales, con apego seguro, en comparación con uno que carezca de éstos, con
lo cual el entorno es determinante. Por último y también fundamental, los
servicios de salud que se ofrezcan a la población, donde deben intervenir con
compromiso y ética los profesionales de diferentes áreas, ya sea la medicina,
psicología, enfermería, nutrición, fonoaudiología, etc.
Más aún, Flórez Alarcón (2007), cita a
Blum (1971), donde comenta que la salud es un proceso que depende de los cuatro
determinantes previos, y por ende su presencia es crucial para la persona la
desarrolle. Ahora bien, desde el punto de vista de la psicología se
interviene en las causas y/o riesgos que puedan ser modificados, como el estilo
de vida y el ambiente. Y en el caso de presentarse patologías, cuya raíz no
pueda cambiar (por ejemplo: la genética), se trabaja mediante procesos de
aceptación, donde se busca cuestionar y cambiar la percepción del sujeto por
una más adaptativa.
Llegado a este punto, con base en
Flórez Alarcón (2007) las teorías de cambio de comportamiento en salud
requieren de 4 pilares muy importantes: 1) Los aspectos
sociodemográficos "como la edad, el sexo, el nivel educacional, el nivel
económico, etc." (p, 73) y otros como la personalidad o manejo de la
presión social. 2) Factores cognitivos "como las
creencias y actitudes" (p, 73), 3) constructos
hipotéticos, es decir variables como amenazas al realizar una conducta, la
intención de querer hacerla, tener la motivación de sentirse protegido(a), las
expectativas o lo que espera la persona al hacerla y las evaluaciones internas
y externas que se hagan de la misma. 4) Y que el comportamiento
saludable sea objetivo, o sea que se base en hechos observables.
A continuación se presentan las teorías
cognitivas de cambio de comportamiento:
Modelo de creencias en Salud: es uno de los modelos más conocidos, creado
por Rosentock (1974) y se ha mejorado gracias a los aportes de Becker (1974).
Entonces, influyen aspectos como los antes mencionados y se centra,
principalmente, en la percepción que tiene el sujeto sobre la salud y la
enfermedad. Ahora bien, la teoría se estructura en 6 componentes:
- Susceptibilidad percibida: la
consideración que se hace sobre la posibilidad de padecer una enfermedad.
Por ejemplo: Creo que puedo padecer cáncer si no me alimento bien y no
hago ejercicio físico.
- Gravedad percibida: la
evaluación que se hace sobre la severidad que sería padecer una
enfermedad. Por ejemplo: Si me enfermo de cáncer voy a sufrir muchos
dolores y podría fallecer en meses o años.
- Beneficios percibidos: evaluación
acerca de las ganancias que se obtienen y obtendrán al cambiar la conducta
de riesgo por una saludable. Por ejemplo: Si me tomo la medicación contra
el cáncer, mejoraré de los dolores y podré tener una mejor calidad de
vida.
- Barreras percibidas: captación
sobre costos observables que tiene o tendría realizar la conducta
saludable. Por ejemplo: Las quimioterapias son muy caras y por lo tanto
tendré que pedir un préstamo al banco o algún familiar.
- Claves para la acción: estrategias
internas y externas para llevar a cabo la acción saludable. Por
ejemplo: Leí en un libro que el sedentarismo es factor de
riesgo para el cáncer (Clave externa). La mayoría de las veces me
siento con el cuerpo bastante pesado si no me levanto de la cama en todo
el día, así que tendré que salir de la casa para no quedarme en ella
(Clave interna).
- Motivación para la salud: alude
a la(s) necesidad(es) del sujeto para realizar la conducta saludable. Por
ejemplo: significa mucho para mí hacer ejercicio y mantener la dieta que
me dejó mi nutricionista.
Teoría de la acción planificada: este modelo, creado por Ajzen y Fishbein
(1970), se basa en la premisa del aprendizaje social de Bandura, y que los
individuos actúan en determinadas situaciones, a partir de las creencias,
percepciones y expectativas sociales que tienen sobre la acción que se está
realizando en el contexto dado. Entonces, sus componentes son:
- Actitudes hacia la conducta: hace referencia a las creencias sobre la expectativa y el
valor de resultado al realizar la conducta. Por ejemplo: Es muy importante
que mis amigos me aprueben (expectativa), y para ello si me piden que fume
(conducta), lo haré para sentirme integrado en el grupo (Valor).
- Norma subjetiva: se basa en la percepción sobre una conducta hecha por otros y
de la presión social ejercida a otra persona para que realice una acción.
Por ejemplo: Mis amigos piensan que fumar es una vía para quitarse el
estrés y lo hacen muy seguido.
- Control conductual percibido: alude a las creencias que tiene una persona sobre su
capacidad de controlar su propia conducta. Por ejemplo: Mis amigos fuman
con bastante frecuencia, pero aún así no considero que yo lo deba hacer.
Estos componentes dan lugar al sujeto a
sentir la intención conductual, es decir que, efectivamente, quiere realizar la
acción por algún motivo específico.
Teoría de la auto-eficacia: fue propuesta por Bandura (1977), y se define
como la percepción que tiene una persona acerca sus capacidades y, con base en
ésta, si se considera idóneo para obtener los resultados que quiere. Ahora
bien, la persona puede desarrollar esquemas de alta o baja auto-eficacia, con
lo cual en el primero puede haber una auto-estima adaptativa y satisfacción por
obtener sus logros. Por el contrario, una consideración de ineficacia o
incompetencia se acompaña de trastornos de ansiedad y depresivos.
Teoría de la motivación a la protección: es un método, fundamentalmente, preventivo, propuesto por Rogers (1975), cuyo principal componente es la motivación y se obtiene o desarrolla a partir de las evaluaciones cognitivas de amenaza y afrontamiento, es decir, se analizan la severidad y vulnerabilidad de realizar una conducta de riesgo, con el fin que la persona no la haga. Además, consiste en reforzar la conducta deseada o saludable y que se desarrolle eficacia y auto-eficacia a la necesidad de estar seguro (o prevenir). Por último, se apela al miedo para que la persona no se acerque a situaciones peligrosas o realice actos que no sean adecuados. Por ejemplo: un padre que habla en un tono de voz alto a su hijo, comentándole que el Niño Dios y Reyes Magos, no le traen regalos a los niños desobedientes, y por lo tanto tiene que hacer todo lo que él diga.
El modelo de procesamiento paralelo extendido: fue creado por Witte (1992), y se basa,
principalmente, en la calidad o forma que son transmitidos los estímulos de
amenaza (gravedad y susceptibilidad) y eficacia (recomendaciones sanas y
auto-eficacia), puesto que éstos influyen en la percepción de las conductas de
riesgo y saludables, que a su vez, interactúan para generar determinadas
acciones como el control del daño o protegerse del peligro y control del miedo
o evitación de situaciones aversivas. Por ejemplo: un comercial de televisión que
ilustre que auto-medicarse es malo porque puede llevar a la muerte y la persona
que lo ve no lo hace, sino que sigue las recomendaciones de su médico.
Además, el modelo explica que cuando la
percepción de la amenaza es baja o se considera que no generará daño al
realizar una conducta, ésta tendrá mayor probabilidad de ser ejecutada. Y al
contrario, cuando se toma conciencia del peligro, hay mayor posibilidad que la
persona no la haga o se proteja del mismo.
Modelo Transteórico: este ejemplar fue creado por Prochaska y di
Clemente (1984), y consiste en una serie de etapas, mediante las cuales se
busca que la persona cambie, intencionalmente, su conducta de riesgo por una
saludable. Por lo tanto, los pasos que trata esta teoría son:
- Pre-contemplación: en esta primera etapa, la persona aún no demuestra una
intención de cambiar, ya sea por voluntad propia o porque desconozca las
consecuencias de la conducta de riesgo. Por ejemplo: una persona fuma una
caja entera de cigarrillos al día y expresa que nada le va a pasar.
- Contemplación: en esta segunda, la persona ya demuestra conciencia sobre un
problema que tiene y demuestra interés de cambiar su conducta de riesgo,
por una saludable. Por ejemplo: la persona, por fumar una caja diaria de
cigarrillos, empieza a sentir dolores en el cuerpo, lo cual le hace
reflexionar y caer en cuenta que es peligroso lo que hace.
- Preparación: se caracteriza porque la persona analiza su situación y busca las
estrategias necesarias para cambiar. Por ejemplo: la persona habla con su
terapeuta sobre qué puede hacer para dejar de fumar y las respuestas que
le dice son: alejarse de quienes le convenzan de hacerlo, no comprar más
las cajas, hacer ejercicio físico, cambiar actividades, asistir a misa (si
es religioso), etc.
- Acción: se
observa la modificación de la conducta del sujeto. Por ejemplo: La persona
realiza las actividades que el terapeuta le sugirió y abandona el acto de
fumar.
- Mantenimiento: la persona trabaja con la intención de prevenir recaídas y porque
quiere mantenerse sana. Por ejemplo: una vez abandonado el hábito de
fumar, el sujeto persiste con su comportamiento saludable, con el fin de
prevenir dolores, porque le motiva sentirse sano y porque le
satisface.
- Terminación: hace
referencia cuando el sujeto no tiene ninguna intención de recaer en la
conducta de riesgo.
No obstante, otro componente, aunque no
forma parte de las etapas, es la recaída, la cual puede aparecer en cualquier
situación del proceso de cambio. De manera que, es vital que la persona reciba
acompañamiento cuando las presente, por el hecho de que puede caer en riesgo de
desmoralizarse, es decir que el paciente manifieste frases como "por
qué me pasa esto a mí", "nunca saldré de esto" o "yo no
sirvo para nada". Además, se acompañan de trastornos depresivos, puesto
que se generan esquemas de incompetencia y pensamientos que incrementan
aspectos negativos y disminuyen los positivos.
Barreras a la aplicación de las teorías
- La expectativa de reforzamiento-resultado: hace referencia a lo que espera la persona conseguir con la
aplicación del método, es decir si le genera satisfacción o si manifiesta
que le gusta o no el resultado obtenido.
- La controlabilidad percibida y el papel
auto-eficacia: alude a la capacidad de control que
tenga el sujeto sobre sus acciones, es decir si es alta o baja, y si se
considera lo suficientemente eficaz para cambiar sus hábitos.
- Las actitudes normativas: demuestran que la presión social (norma subjetiva) es un
factor que influye, significativamente, en la realización de conductas en
las personas, por lo tanto si para el sujeto tiene mayor valor el ser
aceptado en un determinado grupo que seguir su conciencia moral, será más
alta la probabilidad que busque la aprobación por otros.
- La toma de decisión de actuar y no actuar: consiste en que si el sujeto ha analizado los matices de
realizar una conducta de riesgo y otra saludable, luego a partir de su
percepción y la forma en que hayan influido los estímulos en la misma (si
le genera motivación o no), éste elije realizar alguna.
Bibliografía
- Morrison, V., & Bennet, P. (2008). Psicología
de la salud, Madrid, Español, Pearson Prentice Hall.
- Flórez Alarcón, L. (2007). Psicología Social de la Salud Promoción y prevención, Bogotá, Colombia, Manual Moderno